El Comercio de la Época - Parte II

Añil.

Durante el siglo XVIII, la mayoría de los cultivadores de añil hizo uso de las habilitaciones. Realizando reuniones informales de entendimiento extrajudicial amigable denominadas ferias. Tenía como objetivo fijar el precio del añil con el que los últimos debían pagar los adelantos que se había recibido, la feria de añil consistía en la reunión con tres representantes del comercio de España, tres de Guatemala, y dos de cada uno de los cabidos de San Salvador. El propósito era decidir el precio.

El precio de añil influía en las presiones en el alcalde mayor pues a estos les convenía los precios bajos para obtener así mejores ganancias, cuando el cosechero no lograba para pagar el préstamo,  se le concedía un año de prórroga, pero se le recargaba el 5% de interés, y se le imponía la obligación de entregar el añil donde el prestamista le indicaba.

Para disminuir el poder de los comerciantes guatemaltecos la corona promovió la independencia de los cosecheros, les autorizó la formación de un montepío, con un capital inicial de 100,000 mil pesos. En 1782 Matías de Gálvez ordenó que por cada zurrón de añil se tenía que pagar 4 pesos destinados a acrecentar el capital de montepío, en 1820 cuando cayó un 40% los comerciantes hicieron sentir su malestar por el alto precio que tenía el añil para no perder el mercado guatemalteco.

Fuente: marcaguate.com

Ganado

Existía abuso por los grandes comerciantes guatemaltecos, ya que sometían a los ganaderos de la provincia a una fuerte coacción a fin de ver a sus reses en un lugar no muy distante a la capital. En el siglo XVIII el comercio anual era de 22,000 cabezas de ganado vacuno, disminuyó considerablemente con respecto a la exportación en el siglo XVII, que era de 36,000 reses, en 1760 mejoró a 50,000 y disminuía a 25,580 entre 1780 y 1786 y el precio se duplicó hasta 12 pesos. Solo mataban 30  a la semana en vez de las 60 o 70 que estaban obligados y el resto lo vendían en pie en 25 a 30 pesos por cabeza. El producto principal que se obtenía del ganado vacuno era el cuero, sin embargo siempre tuvieron enfrentamiento con mujeres mulatas que vendían carne por menor y las autoridades impedían que se proveyera la carne en los rastros clandestinos pues tal situación iba contra sus intereses.

Comercialización de granos básicos y abastos de la ciudad

El incremento del cultivo de añil incidió negativamente en el cultivo de granos básicos y trigo provocando el aumento de los granos básicos, por otro lado los grandes comerciantes llegaban a controlar igualmente gran parte de las cosechas de granos para tener ganancias significativas.

El trigo, maíz y garbanzos, se recogían en  Quetzaltenango, Sololá y Totonicapán. La gente acomodada anticipaba dinero a los labradores con la condición que se les pagara con el fruto de la cosecha al tiempo y al mismo precio. El comercio de granos básicos y hortalizas se realizaba en la plaza mayor, en la plazuela de Santa Rosa y en las cercanías de los conventos. El ayuntamiento de la Nueva Guatemala de la Asunción fue incapaz de controlar el comercio al menudeo porque buena parte ingresaba de contrabando.

Rutas comerciales

La mercancía se trasportaba en mulas, mientras las personas más importantes como mercaderes, autoridades y eclesiásticos viajaban en bestias de sillas o en sillas de mano cargados por los indios, cobraban 5 reales por una bestia de carga mientras el pago de un indio era más bajo. El valor del traslado de un tercio de cacao (214 Libras) entre Guatemala y Oaxaca, era de 15 pesos en 1720. José Cecilio del Valle criticó en términos duros la falta de caminos y ventas decentes para el hospedaje de pasajeros. Los comerciantes bajaban con cerámica, miel , arcillas, sastrería, telas, para negociarlos en la costa donde compraban cacao, algodón, sal y tasajo. 

Comerciantes

Pese a los intentos de la corona por debilitar el poder de los comerciantes de Guatemala, estos no mantuvieron su hegemonía económica, sino que acrecentaron su influencia en el control político a nivel local.

En repetidas ocasiones los comerciantes de Santiago fracasaron en su intento de organizarse, porque era mayor la influencia de los comerciantes de España, nueva España y Perú en la corte. Pero en 1743 mercaderes guatemaltecos motivados por el (Ensayo Mercantil) escrito por Fernando de Echevers solicitaron a la corona la formación de una compañía para comerciar con Nueva España y Perú para promover la minería, con un capital Inicial  de 1 millón de pesos distribuido en dos mil acciones  de 500 pesos cada uno pero esto solo duro 3 años.

Casa de Aycinena

Fundada por Juan Fermín de Aycinena fue la más poderosa. Su capital incluía barcos, 12 plantaciones de añil, una red comercial con Lima, Nueva España, Cádiz, Jamaica y la misma Inglaterra, superaba el millón de pesos lo que equivalía el 27% del monto del comercio de Guatemala. El proceso independentista y el devenir político de Guatemala durante la primera mitad del siglo XIX estuvieron estrechamente ligados a los intereses comerciales de la Casa de Aycinena. 

Paraje Aycinena en la ciudad de Guatemala

Fuente: aprende.guatemala.com

Interior de la Casa Aycinena

Fuente: Flickr

Casa de Irisarri

Otra casa comercial importante fue la de Irisarri fundada por Juan Bautista Irisarri, esta tuvo nexos  con nueva España, Perú y Chile. Trató de impulsar en 1790 la formación de una empresa de navegación y comercio por el Río Motagua, proyecto que no terminó porque la corte negó la autorización correspondiente.

Para concluir, les comparto este vídeo para ampliar la información El Comercio del Siglo XVIII.

Aporte de: Olvin Dagoberto Marroquín

Fuentes de consulta: Historia General de Guatemala, Asociación Amigos del País, Tomo III